Galicia mágica: cinco rincones para perderse

La Real Academia Española define la magia como “encanto, hechizo o atractivo de alguien o algo” y, los lugares que te presentamos a continuación, cumplen con creces esta acepción.

La Real Academia Española define la magia como “encanto, hechizo o atractivo de alguien o algo” y, los lugares que te presentamos a continuación, cumplen con creces esta acepción.

Sobrado dos Monxes

En Sobrado dos Monxes, localidad coruñesa y colindante con la provincia de Lugo, se sitúa el monasterio cisterciense de Santa María de Sobrado, edificación barroca conocida y apreciada por los peregrinos que realizan el Camino del Norte. Fue en 1142 cuando los monjes del Cister llegaron al templo, pero sus orígenes se sitúan en el siglo X. 

El municipio es conocido por esta construcción religiosa, sin embargo, tiene mucho más que ver y de lo que disfrutar como el campamento romano de Ciudadela, asentamiento romano del siglo II y el siglo IV; y la laguna de Sobrado, construida por los monjes del templo entre 1500 y 1530, represando las aguas de varios arroyos que forman las fuentes del río Tambre.

Castro de Baroña

En 1933 aparecen las primeras investigaciones sobre este poblado de la Edad de Hierro y se realizan las primeras excavaciones en el yacimiento castrexo de Porto do Son, aunque el conocimiento de este asentamiento es mucho anterior: ya el Padre Sarmiento lo mencionaba en su viaje a Galicia en el siglo XVIII. 

El Castro de Baroña, un ejemplo único de castro costero, está ubicado en una pequeña península, la Punta do Castro, rodeado de mar y unido a tierra firme por una pequeña playa. Está conformado por cuatro zonas diferenciadas compuestas de alrededor de veinte edificaciones y una muralla que defendía al poblado de los atacantes.

Estemos en busca de un lugar donde tomar el sol, disfrutar del mar o conocer la cultura castreña, el Castro de Baroña es una opción perfecta.

Fragas do Eume

El Parque Natural das Fragas do Eume, en la provincia de A Coruña, es uno de los bosques atlánticos de ribera mejor conservados de Europa. El espacio natural, de 9.000 hectáreas de extensión, tiene forma de triángulo, cuyos vértices se encuentran con As Pontes, Pontedeume y Monforte.

Los más de 100 kilómetros que componen las fragas son un escenario perfecto para senderistas: puentes colgantes, molinos, iglesias, presas, bosques tupidos que apenas dejan pasar la luz… ¡Un espectáculo natural que vale la pena disfrutar!

Además de perdernos en la naturaleza, podremos visitar el monasterio de Caaveiro, un conjunto de edificaciones, algunas ya desaparecidas: la Iglesia principal, la iglesia de Santa Isabel, algunas celdas, un cabildo, sacristía, pozo, almacenes, archivo, campanario y mucho más. Se ubica en un montículo rocoso entre los ríos Eume y Sesín, en pleno corazón de las fragas. 

Playa de los cristales

La Costa da Morte siempre ha sido un gran ejemplo de la increíble fuerza que posee la naturaleza. Bajo los acantilados del faro de Laxe, el Areal dos Botiños muestra el poder de transformación del mar.

Esta ubicación, también conocida como Playa de los Cristales, emite destellos únicos en cada atardecer: su arena está compuesta de millones de cristales desgastados por el efecto del mar. Estos, en su momento, formaban parte de los residuos depositados en un antiguo vertedero de la zona de Laxe.

Fervenza do Toxa

Próximo a la capital gallega, en el municipio de Silleda, se encuentra una hermosa cascada en pleno corazón de la naturaleza. Considerada la más alta de Galicia en caída libre, la Fervenza debe su nombre al río que pasa por las parroquias de Pazos y Martixe, el Toxa. 

La zona goza de una gran diversidad botánica, aprovechada por los monjes de dos monasterios situados muy cerca de este espectáculo acuático, los de Carboeiro y Camanzo, y litológica.

Sin duda, Galicia es un lugar único y que desprende magia por cada rincón. ¿Te unes a nosotros para descubrirlos todos?