Dime qué postre de Entroido comes y te diremos de dónde eres
No hay duda de que el cocido, el lacón con grelos, la androlla, el botelo o otras elaboraciones protagonizadas por el cerdo, son algunos de los buques insignia de la gastronomía gallega durante el Entroido. Sin embargo, estos platos principales encuentran un gran rival cuando se llega al postre. Y es que son innumerables los dulces que nos llevamos a la boca durante estas fechas y que hacen las delicias de pequeños y adultos.
Filloas
Aunque las adoramos como si fuesen solo nuestras, los gallegos compartimos custodia con Asturias y León de las filloas. A pesar de que cada maestrillo tiene su librillo, este delicioso postre suele prepararse con harina, agua, leche o caldo, huevos, sal y un buen trozo de tocino para que no se adhiera a la piedra.
Las filloas, también conocidas en algunos lugares como freixós, frilloas, filloas o fillogas, comienzan a prepararse con la matanza del cerdo. Es así que también es habitual encontrarnos con filloas hechas de sangre de cerdo, a las que se le incluyen especias.
En cuanto al origen de las filloas, se barajan varias teorías. Una de ellas apuntaría a los romanos, que ya consumirían una mezcla en forma de torta elaborada con agua, especias, miel, huevos y una harina llamada “phyllon” (palabra que, si nos fijamos, tiene ciertas similitudes con “filloa”).
Orejas
Las orellas de Entroido son un postre típico, una vez más, tanto en Galicia como en León. Requieren de cierta maña para conseguir el resultado deseado, pero los ingredientes son sencillos y seguro que todos los tenemos por casa: harina, huevos, manteca, leche, esencia de anís, aceite, azúcar y ralladura de limón.
Su forma, que nos recuerda a las orejas de un cerdo, tiene su particular razón de ser. El Entroido da paso a la Cuaresma, período en el que los cristianos se abstienen de comer carne, por lo que se elaboraban las orellas de Carnaval para simular una ración de orejas de cerdo y que el ayuno se hiciese, en cierta medida, más llevadero.
Flores y hojas de limón
Al igual que en los anteriores postres, las flores de Entroido comparten buena parte de sus ingredientes. Para su elaboración serán necesarios huevos, harina, azúcar, leche, sal, anís, aceite para freír y un molde en forma de flor.
No suelen faltar en las mesas gallegas, pero tampoco en Castilla La Mancha o Extremadura.
Si hablamos de flores, también hablamos de las hojas de limón. Se cree que esta curiosa elaboración, formada por hojas de limonero rebozadas y fritas, se originó en Tui y luego se extendería a otras zonas de Galicia, principalmente en la provincia de Lugo.
Rosquillas de anís y chulas de calabaza
Las podemos ver durante todo el año en las ferias y fiestas gallegas, pero las rosquillas de anís llegan a su punto culmen durante el Entroido. Por otro lado, tampoco podemos olvidarnos de las chulas de calabaza, un dulce frito típico de estas fechas pero también del Samaín.
Torta do Cigarrón y Bica de Laza
En Verín y en Laza no solo son típicos sus cigarrones y sus peliqueiros, sino también sus elaboraciones más dulces. Entre ellas podremos encontrarnos con la torta do cigarrón, preparada a base de castañas, almendras, nueces y miel; y la bica blanca de Laza, denominada así por prepararse solo con las claras de huevo, junto con harina de trigo, nata líquida y azúcar.
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